¿Somos muy estrictos con los procedimientos que aplica la policia?

Me sorprenden otra vez las noticias de la television con la interminable y triste historia de los niños desaparecidos, hijos de José Bretón. Ahora buscando de nuevo en la finca de la familia con más efectivos, maquinaria pesada, georadares más efectivos…..
Permitanme que exponga aquí lo que muchos pensamos ante este y otros caso similares. El erario publico ha gastado millones en dragar el Guadalquivir, seguir todo tipo de pistas presumiblemente falsas, «patear» bosques, poner «patas arriba fincas». La pregunta es obvia por lo simple: En estos caso en que la respuesta esta en la mente de una persona, ¿no es más sencillo y barato lograrla de su propia boca?.
Ya sabemos….no podemos sobrepasar las normas que imponen los interrogatorios en un estado de derecho. Si tenemos que ser estrictos en su aplicación, quizá sea también más sensato no incurrir en estos despilfarros de dudosos resultados.
Pero yendo más lejos aún, quizá debiéramos entrar en donde están los limites de la ética y de los procedimientos que la policía debe usar con este tipo de personas que gustan de jugar con sus derechos cuando ellos no respetan los de los demás. Porque el resultado es que un desequilibrado o un enfermo con patologías y desviaciones de conducta peligrosas tiene en jaque a toda una sociedad. Me pregunto si esta sociedad, para defenderse, solo tiene la opción de remover ríos y tierras buscando cadáveres. O por el contrario, no deberíamos flexibilizar la hipótesis sobre las que se considera culpable a una persona. Esto posiblemente sea dificil en el campo del derecho. Pero también nos queda analizar el porqué la policía es cada vez más incapaz de «arrancar» la verdad a estos desalmados. Si permitanme usar una palabra que quizá resulte dura. Porque si me consta que en otros países tan civilizados y respetuosos con el derecho y las reglas como el nuestro esto no pasa. Y tampoco pasaba aquí antes.
Me resisto a pensar que entre psicólogos, policías, carceleros, amigos, etc., no sea capaz nuestro sistema de «arrancar» de esas mentes perversas un pista que lleve a buen fin la investigación y que nos ahorre muchos gastos innecesarios. Porque los derechos de los individuos hay que preservarlos, por supuesto. Pero también los de la sociedad en general para defenderse de ciertos individuos que se aprovechan del sistema.
Aprovecho para hacer una vez más un apunte hacia los sistemas de gestión actuales, cada vez mas tecnocratizados (ver Liderazgo o Tecnocracia en este blog). Hay un viejo proverbio en nuestras sociedades que en España acuñamos como «El que hace la ley hace la trampa» . Quizá esta es la parte negativa de ver el problema. En una sociedad cada vez mas tecnocratizada valoramos cada vez mas las reglas y los procesos como sistema estricto de control de nuestras actividades. Pero el progreso y el crecimiento siempre requiere de que apliquemos esas reglas con la debida flexibilidad. Son los gestores los que deben administrar con buen criterio esas normas y procesos, creando el espacio de libertad adecuado para que los resultados, es decir, el progreso, fluya con la rapidez adecuada
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