04 Feb MEDIDAS DE PROTECCION SOCIAL: PRIORIDADES Y COMO PAGARLAS
Una buena amiga mía, que lee y me aconseja en este blog, me recomendaba hace unos días que le diera mas profundidad social, ya que hago más hincapié en la faceta tecnológica. Ello, y una noticia de ayer en los periódicos:
han despertado mi interés por analizar esta noticia, en el marco de otras iniciativas que el gobierno esta lanzando últimamente: Ayuda a jóvenes para el alquiler, prestación universal por crianza de hijos, ampliación a seis meses los permisos de paternidad….
Ya lo he tratado en varios de mis artículos, así que no lo repetiré aquí, pero en mi opinión, los asuntos sociales de un país y la búsqueda del bienestar, no se pueden tratar solo subsidiando situaciones de injusticia social, y deben de ir codo con codo con la creación de riqueza. Ya sabemos que la creación de riqueza en los modelos democráticos occidentales esta a cargo de las empresas y a la iniciativa privada. Y que, en el mejor estilo de gobierno, son estos, en mi opinión, los que deben fomentar y controlar esta inversión implementando medidas acertadas:
- Para generar estabilidad normativa y legislativa que favorezca la inversión de dentro y fuera del país
- Para dar coherencia y continuidad a los planes de desarrollo del país
- Para desarrollar una buena política industrial que guie a los empresarios e inversores (Ver mi artículo sobre Politica Industrial)
- Para gestionarla, en sintonía muy estrecha entre administración pública y empresas (Ver mi artículo sobre la funcion pública)
- Para guiar esa inversión mediante concursos públicos, subvenciones, desgravaciones fiscales y otros mecanismos que pueden llegar a ser muy creativos, como el de construcción y concesión, de forma que la inversión privada responda a intereses de bienestar social, y no solo a pura especulación capitalista
Sabemos lo difícil que es llevar este modelo al éxito. Maxime hoy en día, cuando los gobiernos occidentales están mas fragmentados, son mas débiles, y se imponen cada vez mas las medidas populistas, que a menudo concluyen en subsidiar en lugar de crear riqueza. Y el problema es que, sin una visión económica clara, a menudo cortoplacista y poco rigurosa, lo que conseguiremos es poco crecimiento económico, mas deuda, y al final repartiremos miserias.
Es solo mi llamada de atención ante el problema. No pretendo estar en contra de legislar medidas de protección. Y mucho menos de incentivación a la familia. Porque el mayor freno al crecimiento de España es que su dimensión en superficie, y su capacidad de crecimiento, se ve mermada por una población envejecida y una tasa de natalidad que no cubre el reemplazo generacional. No solo hay que subsanarlo, con medidas que permitan tener más hijos, sino además promover la inversión, el desarrollo y la llegada de inmigrantes en mayor manera. Creo que esto es mucho mas prioritario que cubrir otros desequilibrios sociales.
Desde ciertos sectores del espectro político, se sigue utilizando el reclamo ya manido de la empresa que explota al trabajador. Y que lo que es bueno para el trabajador es malo para la empresa. Y esto es un craso error. Propio de modelos de gobierno obsoletos y de dictaduras del pasado. Si nos referimos a los párrafos de arriba, lo que es bueno, tanto para empresarios como trabajadores, es que las empresas sean rentables, y que creen riqueza, y que la normativa las obligue a compartir, que lo harán con gusto, si les queda para seguir creciendo, invirtiendo y creando riqueza. Para ello, señores gobernantes, deben de acercarse a los problemas de las empresas, y diseñar juntos un plan de desarrollo creíble, y apoyarlo. Esto ya no pasa en España desde hace tiempo.
Porque, qué puede pasar con medidas como la de la nota de prensa de la Ministra de Derechos Sociales inspirada en un estudio de la OCDE:
Actualmente en España disfrutamos de un número de días de vacaciones importante. Y no todas, pero muchas empresas, ligeramente por encima de la media de los países de la OCDE. Sin contar con un nutrido numero de funcionarios con sus moscosos por asuntos propios. Similar a los días de asuntos propios y días extras por años trabajados, que muchas empresas ya ofrecen para cubrir con el numero de horas de los convenios, que son razonables, e incluso excederlos. Además de permisos por mudanza, de paternidad y maternidad, etc. Es cierto que hay empresarios que abusan, empleo precario, etc. Y que los inspectores de trabajo deben de vigilar con rigor.
Si negar que hay excepciones, nuestros empresarios (para algunos considerados los malvados), tienen la costumbre de ser flexibles con la norma de los tres días de falta por enfermedad sin presentar la baja laboral. Y mas allá, no deja de ser frecuente la flexibilidad al tolerar absentismo ante enfermedades graves de familiares, situaciones complicadas como tratamientos de cáncer, etc.
Todo ello nos da tasas de productividad bastante bajas frente a otros países. Y de absentismo laboral. Y eso es lo que había que mejorar primero.
Ante esta medida, que habría que ver como se incluye y se integra en los actuales convenios etc., no me cabe duda de que la reacción de las empresas puede ser negativa. Porque no nos olvidemos que una empresa contabiliza los días de vacaciones como un coste. De hecho, todos los que trabajamos sabemos que nos obligan a coger las vacaciones en el año, para no tener que desplazar esos costes importantes al siguiente. En definitiva, si una empresa, adicionalmente a las vacaciones, el grado de absentismo que tenga, y una vez estimada su productividad, se ve forzada a añadir esos siete o nueve días adicionales de asuntos propios de sus empleados en sus costes, es posible que, o es capaz de crecer un 20% en volumen de ventas, o de subir sus precios en esa medida para aumentar su margen o si no es capaz, deba prescindir de empleados y cruzar los dedos. Y sin olvidar que en una empresa con muchos empleados, el efecto y la incertidumbre de cuantos días en la totalidad de sus empleados se contabilizaran a final de año quedan más difuminados. Para un pyme no es así. En este caso debería cerrar. O, si como ya probablemente ocurre, esta en sintonía con sus empleados, juntos llegaran a un acuerdo para subsistir.
De nuevo, no es una crítica a medidas que busquen la mejora en las condiciones de vida de las personas, es una llamada a buscar el equilibrio entre medidas y como pagarlas, que asegure a medio y largo plazo la sostenibilidad y el crecimiento económico y del bienestar.
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