LA EVALAUCION CONTINUA EN LA EDUCACION DE NUESTROS HIJOS

En articulo anterior resaltaba la importancia de lograr mejores resultados en la preparación de nuestra sociedad para ejercer sus tareas democráticas, contribuir mejor al desarrollo de la sociedad, y lograr vidas más plenas de todos los ciudadanos. A la postre, es el mejor objetivo deseable en un país, y condición clave para el progreso: Lograr un sistema igualitario que consiga pleno acceso a la formación y a la cultura. Y que evite comportamientos y resultados anómalos por falta de atención.

Hoy escuchaba a la Ministra de Educación Isabel Celaá, sobre los cambios introducidos en la forma de pasar de cursos en el sistema educativo español y en cómo realizar la evaluación continua. Según ella el fracaso escolar se debe en gran medida a los exámenes de fin de curso, selectividades etc. Por otro lado, están los que arguyen que debemos promocionar la cultura del esfuerzo.

No puedo estar mas de acuerdo con ambos, y como creo que ambas cosas son posibles, es por lo que escribo las siguientes líneas.

He podido comprobar como futuros buenos profesionales han caído en exámenes cuyo fin era ese, poner difícil al alumnado el pasarlos. También he experimentado como con habilidad, se pueden preparar y realizar exámenes de forma que, con el aprendizaje justo, se puedan superar. El examen no deja de ser muchas veces una trampa, que juega muchas veces mas de la templanza del que lo pasa, que del verdadero conocimiento.

Pero relajar la forma en que se consigue pasar de curso u obtener títulos profesionales no nos va a ayudar mucho a lograr ese fin de tener una sociedad mejor preparada, sin mencionar esa titulitis que se ha creado en los últimos años, como si lo único importante fuera tener un título universitario, aunque sea en una materia que ninguna empresa vaya a demandar. Siempre en la sociedad debe prevalecer el interés colectivo y del desarrollo económico y social sostenible.

Dicho esto, lejos de inventar algo nuevo para la evaluación continua, por que no mirar a lo que ya hacen las empresas desde hace bastante tiempo con éxito para promocionar a sus empleados. La formula es simple y aplicable a un curso escolar:

Al principio de año se reparten los objetivos en entrevista anual y se revisan los del año anterior. Puede ser en momentos separados En el caso escolar seria al cerrar el año y deidir si el alumno lo pasa y en que condiciones, y al comenzar uno nuevo.

Los objetivos en la empresa son derivación para cada empleado de los objetivos generales de la misma: Lograr metas etc. Y también de comportamiento, como comunicar mejor, formar equipo, etc. En general se usa la filosofía SMART (simples, medibles, alcanzables, relevantes y definidos en el tiempo). En este caso se usan para subida de sueldos, promoción, y algunos para retribución variable. En el caso escolar servirían para crear un historial del alumno, que consensuado con el, sus padres o tutores, y profesores, le ayude a mejorar y a decidir su futuro profesional. En el caso de un alumno, los objetivos pueden ser los que el ministerio ya fija para un nivel educativo (saber multiplicar, hacer raíces cuadradas, conocer la geopolítica nacional, etc.)

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