04 Ene LIDerazgo, manipulacion de la informacion y decisiones comprometidas
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El mundo necesita agilizar sus respuestas ante los retos globales. La actual pandemia producida por el COVID 19 nos está demostrando que nuestras clases políticas carecen del liderazgo requerido para tomar decisiones comprometidas y asumir riesgos controlados. Exceso de comunicación, falta de información veraz, de sentido común, prudencia y humildad, menosprecio de los verdaderos tecnólogos, nos condenan a un modelo de gestión entre tecnocrático depauperado y populista exacerbado. La capacidad de liderazgo y de visión son cada vez más escasas y valoradas, pero al mismo tiempo más necesarias, para que los órganos de decisión comprometidos en las decisiones que mueven a nuestro mundo moderno acierten en sus planteamientos, y busquemos un consenso social que sea bien explicado y comprendido por la sociedad, que lo apoye, y lo haga suyo, produciendo mayores índices de sostenibilidad que los actuales.
VISION Y LIDERAZGO, EXCESO DE INFORMACION, MANIPULACION Y MODELO DEMOCRATICO
En relación con esta falta de liderazgo, parece que se da un cambio de paradigma en nuestros días, al que no acaba de buscársele solución:
- A la gente la educamos mejor pero no vota mejor (o eso parece)
Obviamente los valores occidentales basados en el bienestar y el consumo material generan dos polos opuestos muy radicalizados, los que piensan en que es mejor vivir lo mejor posible y ya veremos, y el polo mas minoritario, aquellos extremadamente místicos o que buscan valores más allá de lo razonable.
El modelo democrático, basado en los valores y en la educación del pueblo, esta convirtiéndose en un modelo demasiado susceptible de ser manipulado.
Sin acusar a los medios de comunicación, el hecho de que haya exceso de información (lo vemos en el COVID 19), y la velocidad a la que se propaga y la globalización de las noticias, hace que los medios de comunicación puedan manejar con mucha precisión la opinión general.
De hecho, este exceso de “medios de comunicación” hace que hasta un “influencer” pueda provocar un cambio de opinión. ¿Pone esto en peligro la ética periodística?
¿Si la opinión del ciudadano es tan manipulable, la democracia no termina siendo similar a a una Anarquía?…es muy fuerte decir esto…posiblemente solo exista el peligro….y lo que es seguro es que hay dos remedios excelentes. Que la educación y la administración pública estén lejos de ese cortoplacismo. Pero vemos que sucede lo contrario…el modelo educativo no es estable, y se castiga a los funcionarios con multitud de cargos políticos a nivel de subdirectores cada vez que un partido entra en el poder.
El mundo occidental y especialmente en Europa, tras el fracaso del modelo comunista, había definido un modelo democrático en el que tanto izquierdas o derechas no radicales proponían y hacían lo mismo: Ir a un modelo más liberalizado, donde el capitalismo excesivo debía regularse por los gobiernos, dictando normas que gestionasen la inversión de forma que el desarrollo económico se alineara con el desarrollo social, haciendo sociedades más igualitarias en deberes y derechos y en bienestar.
El boom en la velocidad de las comunicaciones y el acceso a la información sin control, unido a la posible manipulación, ha generado que tanto políticos como CEOS de grandes compañías se levanten preguntando a sus asesores ¿Qué digo hoy para ganar votos…o no perderlos…? O ¿Qué hago hoy para que suba el precio de mi acción?
Sin duda, una consecuencia de esta actitud es el cortoplacismo y la radicalización de las posturas. Hoy no se busca el liderazgo como en el pasado, cuando
grandes hombres como Churchil, Ghandi, Roosvelt y muchos otros que tuvieron que tomar grandes decisiones en muy delicados momentos de la historia, y que se las jugaban solos, en esa soledad que los verdaderos lideres saben manejar.
Políticos, CEOS, directivos, están inmersos en sus propias nebulosas que les proporciona la incesante llegada de información. Como ejemplo, en el caso de los políticos, todos vemos en la Televisión esas interminables reuniones con asesores y cientos de “slides”, previas a una toma de decisión entre los líderes europeos
Lo anterior nos permite afirmar que hoy en día los procesos de toma de decisiones están rotos en muchos de los órganos de gestión públicos, privados y empresas debido en, mayor medida, a dos motivos:
- Exceso de información que emborrona lo verdaderamente importante.
- Y la ausencia de liderazgo y visión que impide aceptar riesgos de forma controlada.
Abundando en la necesidad de liderazgo, muchas empresas y por qué no, algún político que quiera no ser cortoplacista, debería buscar algo que es muy necesario y que hoy en día brilla por su ausencia: Visión. Los individuos con visión cambian el mundo. Generan pasiones y arrastran a otros. Piensan en el futuro y saben describir como llegar a él. Inspiran y producen progreso. Cuando un político llega a tener esta calidad, se le suele llamar hombre de estado… ¿queda alguno?
Deberíamos recobrar esta capacidad de valorar y fomentar el liderazgo. El líder toma decisiones y corre riesgos. No se levanta por la mañana a ver solo los votos o el precio de la acción, sino que lo encaja en su plan de futuro con astucia.
El verdadero líder corre riesgos y toma decisiones rápidas, algunas veces basadas en su intuición, y prepara remedios para cada uno de los posibles riesgos. Y lo que es más importante, da tranquilidad a los demás.
Como decíamos al principio, estos modelos políticos de hoy, cortoplacistas, y atiborrados de información, y de decisiones basadas en datos que a veces pueden ser erróneos o manipulados, se alejan cada vez más del espíritu democrático y se acercan a eso que hemos dado en llamar populista. Que es sinónimo de algo así, y siendo muy duros, “diles lo que quieren escuchar… que yo aquí sigo.”. Porque claro, los lideres irremediablemente se tienen que quemar. Eso va con el poder. Los populistas, aunque intrínsecamente busquen evitarlo con esta actitud, terminan igual.
Y LA CALIDAD DE LOS DATOS EN LOS QUE BASAMOS NUESTRAS DECISIONES…
Y para completar la foto, hay un fenómeno que cobra una actualidad importante y que ha quedado retratado con motivo de esta pandemia que nos hunde: La calidad y veracidad de los datos.
Desde hace tiempo, y especialmente en determinados sectores de producción y en grandes empresas, como defensa aeroespacial etc., hemos capturado datos con entusiasmo desorbitado, con miles de pantallas y datos almacenados en discos duros, sin un objetivo muy claro. Muchas veces solo por el hecho de “por si fuesen necesarios…”. Ya desde hace muchísimos años, los actuarios, las empresas de seguros, los bancos, saben la importancia de la estadística en las previsiones.
Gracias al boom de las comunicaciones y los ordenadores e Internet, hoy tenemos miles de matemáticos y consultores trabajando en los que se da por denominar “Big Data, Data Analytics, Machine Learning…”, modelización, detección de fallos etc. Nuestra capacidad de analizar datos parece infinita. No solo la industria, sino también la sociedad y todas las ramas de la técnica y la tecnología y el comercio… y ¿ por que no?, también los políticos, buscan en los datos tendencias que nos ayuden a predecir y mejorar los procesos.
Hoy en día tenemos expertos, máquinas y modelos para sacar conclusiones de cualquier serie de datos. Por fin, muchas empresas empiezan a sacar partido de sus datos históricos, hasta ahora perdidos o borrados de sus discos duros. Y varían en tiempo real sus sistemas de control o tratan de tomar mejores decisiones. Pero hay una parte muy importante en todos estos procesos que quizá haya que revisar en detalle. El proceso de obtención de datos es un proceso complejo. Requiere experiencia, practica y sobre todo estructuración. El proceso mediante el cual se obtiene los datos es vital, para poder procesarlos y obtener tendencias, producir acciones, realizar cambios …en ciertas industrias esto es ya un proceso consolidado. Pero no hay mas que fijarse como, en un tema tan importante como la pandemia que nos ocupa actualmente, nadie ha producido una recomendación razonable, estructurada y consensuada internacionalmente, para que los modelos de propagación sean coherentes, exportables y fiables. Los resultados siempre pueden corregirse ajustando el modelo, pero eso exige que se parta de una estructuración única, más o menos fiable y clara, de cómo esos datos se adquieren, de forma que pueda ir ajustándose.
Y esto nos lleva a concluir, que en esta sociedad, que manifiesta estas características, es muy difícil que se produzcan los consensos necesarios para que actuamos de forma globalizada en áreas que requieren amplio consenso, como el cambio climático, el futuro de la energía, la redistribución de la riqueza … etc.
Sálvese el que pueda -?
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